viernes, 9 de enero de 2015

Anatomía del Terrorismo

Imágenes de hombres y mujeres explotando en medio de un grupo de personas que esperan el autobus, o un joven que entra con un fusil a su escuela y mata a sus compañeros, se ha vuelto cotidiano y diario, pero ¿cual es la razón de estos actos y por que se le determinan terroristas? 

El terrorismo como término es producto del deseo por destruir el sistema (mercado-capital-industria-estado)  para definir todo aquello que se caracteriza para atentar contra lo establecido.

Pero el sistema se encuentra sumido en un proceso reconstructivo producto de la desilusión, es decir el individuo que hace parte del sistema y lo mantiene con su cuerpo como insumo, pero este aniquilamiento de la identidad y diferencia del individuo dentro de la angustia por alcanzar los estereotipos estéticamente ensalzados por el modelo idealizado, generando un nivel de angustia tan alto que el individuo termina por descubrir la incapacidad por alcanzarlo, llevándolo a un nuevo estado: la desilusión.


La desilusión


El estado de la desilusión es donde el sistema destruyo el cuerpo del individuo y le deja sin capacidad de generar una sublimación con la cual se pueda reconstruir, ya que el individuo solo se ve abocado a dejarse llevar por los subproductos de los ideales, en este espacio oscuro muchos recuperan su identidad al personificar nuevos estereotipos concebidos como negativos por parte del sistema, no solo por ser moralmente congruentes con las necesidades básicas de supervivencia y equilibrio social.

Estos prototipos oscuros a los que los individuos sumidos en la desilusión, refuerzan todas sus energías, estereotipos masificados por la religión, los medios masivos y la contracultura revitalizada con posibilidad de destruir o construir un para-sistema.

La desilusión genera dos reacciones:

  1. Desde el individuo al identificarse con los estereotipos oscuros (asesino en serie, fanático, etc) mediante las acciones de dicho modelo, siendo sublimados en sus actos, donde a mayor reacción del sistema, mayor será el nivel de investidura y por tanto de sublimación de dicha desilusión. Esta reacción es inconsciente porque aunque el individuo evidencia características del sistema en su naturaleza no es consciente de su existencia, ya que el sistema se disfraza de banderas, estados, partidos políticos y religiones.
  2. Desde el sistema la reacción es consciente, pero consintiendo dichos actos, ya que con dichas energías opositoras se fortalece, gracias al miedo en los demás individuos, es decir el sistema reconoce en dichos individuos sumidos en la desilusión una oportunidad para defenderse y fortalecer un nuevo proceso, alimentado por el miedo, esta nueva sinergia se fortalece en los imaginarios de un escenario sin sistema, ya que mientras exista el sistema los individuos buscaran alcanzar los estereotipos y meta-productos de este, pero al temor de perder el sistema se encuentran desamparados e inexistentes. 
El terrorismo por lo tanto resignifica la angustia, sublimando el miedo a perder el sistema como tablero para superar la angustia.

El terrorismo redefinido desde el sistema es la forma como el sistema se recompone, un proceso cíclico conforme a la naturaleza móvil de los individuos, donde sus gustos, psique y para-necesidades cambian.

Las para-técnicas del terrorismo


El terrorismo basa su accionar cuatro dimensiones:
  1. Se alimenta de la desilusión sobre el sistema actual y lo quiere destruir a partir de ideales, estereotipos y una nueva estructura donde el individuo reclama un nuevo orden para satisfacer su desilusión.
  2. Convierte elementos antes utilitarios para el sistema en su existencia para atentar contra ella, idealización de estereotipos oscuros, fanatismos religiosos y político, o incluso autodeterminación individual (psicópatas).
  3. Utiliza métodos no convencionales, justificando su uso desde su discurso opuesto a todo lo normalizado por el sistema.
  4. Se mimetiza dentro de los demás individuos del sistema para evitar su identificación por parte del sistema, generando miedo al desconocerse su recurrencia e individuos implicados.

Todo lo anterior no solo puede ser producto de individuos desilusionados, sino incluso utilizados por el mismo sistema para reforzar sus estructuras, apalancado en el miedo generado en los demás individuos.

Sin embargo la existencia del terrorismo en el sistema,  no es mas que anuncios de reajustes y cambios en su forma y accionar, producto de  la relación entre individuos que pronto modifican el sistema en si, caldo de cultivo para la desilusión de individuos abandonados por los ideales del sistema y su carente alcance, sumado a la falta por parte del individuo en la sublimación de la angustia mediante otros caminos reconstructivos no-violentos que le satisfagan.


viernes, 2 de enero de 2015

Anatomía de la Ciencia

Cuando prometeo robo el fuego de los dioses, declaro la guerra y le dio el concepto dividinal al hombre.

La ciencia en su definición mas explícita sintetiza el ejercicio del individuo por preguntarse por su lugar en el universo y el tiempo, a través del ejercicio de la pregunta, se concibe la existencia de la ciencia.

Solo un objetivo esencial hace que exista la ciencia: responder a los cuestionamientos del hombre, definirlos mediante un método deductivo, y buscar convertirlo en producto mediante un proceso industrial posterior, claramente replicable y maleable, lo cual le da un aspecto divino al hombre como individuo que se redescubre y crea su lugar respecto al universo, en una dialéctica horizontal. 

Etapas de la ciencia como herramienta:


La ciencia es primigenia cuando el hombre usaba el entorno para solucionar sus problemas básicos y garantizar su existencia, es así como las herramientas, la caza, la agricultura y el cuchillo, no son mas que apropiaciones del medio por parte del individuo que ante la necesidad de supervivencia, reconoce su habilidad para encontrar soluciones y crear herramientas.

Dicho ejercicio en un primer momento solo refería a la creación y replicación de usos, heredados de generación en generación, donde técnicas de cultivo, caza y contrucción pasaban sin ser motivo de reflexión, una etapa primigenia donde existe la tecnología sin definición.

Con el proceso repetitivo y el cuestionamiento se genera un rompimiento, concebir el poder humano para modificar su ambiente y ajustarlo a sus necesidades y preguntarse por el proceso, ya sea en un sentido documentativo, después enciclopedico y por ultimo confrontando las preguntas básicas que generan angustia en el existir del individuo que se pregunta.

Ya en este nivel, este estado dubitativo deja de lado lo divino para centrar su ejercicio en la acción de preguntar mediante el método, donde los números son el discurso ideal para entender el universo que le rodea, otorgándole libertad al individuo como cabeza piramidal de la existencia.

Redefiniendo el entorno con el método.


La ciencia como herramienta redefine el entorno del individuo, con lo cual hace que este tenga poder sobre las cosas, mediante el uso de un método deductivo, teniendo como objetivo definir y comprobar una teoria respecto a una hipotesis, posteriormente replicada en una tecnología, donde el hombre deja de ser un individuo mas y pasa a ser creador de un nuevo entorno, encarnando a Dios.



El método se enzalsa ya que en su estructura el discurso matemático es cuantitativo y factible de definición, en el método el ejercicio de la pregunta define un camino para encontrar la solución a un problema, desembocando en un término que sea de uso para determinar otros términos, (entender el porque de las cosas), pero en ultimas es discurso ajustado al lenguaje y la naturaleza humana, que conlleva a sublimar la angustia en una serie de pasos, dividida con objetivos claramente definidos y términos que garanticen un suelo fijo el cual pisar para determinar el universo que le envuelve (vacío)

Con el entramado de términos, el discurso científico define lo que antes era un misterio, y reduce el borde del vacio (lo desconocido), pero no en todos los casos, ya que podríamos definir 2 estados del término:

Como consecuencia y causa vs su origen

Los términos definidos claramente como consecuencia de otros procesos,  definidos en su causa y efectos posteriores, por ejemplo la gravedad, como consecuencia del movimiento y masa de los objetos mayores sobre los menores, pero al preguntarnos por el origen de su existencia, el discurso trata de cubrir los vacíos, pero estos son tan grandes que en forma contraria aumentan el borde y dejan al individuo ante el vacío donde no hay explicación posible.

El individuo comprende, define y apropia su universo en las tecnologías producto de teorías verificables y replicables de la ciencia, amarrados a un telaraña de términos, pero aún sigue escapando del origen y el futuro de dichos conceptos, atrapados en un eterno presente, ya que no se pueden proyectar al vacío, el cual emerge como consecuencia de un proceso incesante e inacabado sin respuesta completa.

Nada esta totalmente explicado en la ciencia, solo se cuenta con el discurso para ampliar el borde respecto al vacío, ese que sigue sin llenarse, inmenso y oscuro en un proceso sin terminar.

La promesa libertaria de la Ciencia


El individuo solo garantiza la liberación de la angustia en dos momentos: Apropiando la tecnología producto de la apropiación del concepto gracias a la ciencia, sin profundizar en el vacío ó acercándose al vacío tratando de encontrar el borde y llenarlo con respuestas que sean replicables y satisfagan la necesidad por conocer el origen del individuo y su razón de ser.

El individuo en la ciencia es quien la genera con su pregunta, donde la razón es liberadora de la angustia mientras el concepto es la base sobre la cual descansa, donde la seguridad de la ciencia se fortalece.

Sin embargo la ciencia es un proceso circular inacabado, bordeado por un vacío que no tiene fin, sobre una base que se amplia o reduce con nuevas respuestas a nuevas y viejas preguntas a partir de los términos ya encontrados que garantizan una liberación temporal de la angustia, alimentando de igual forma el entorno industrial donde el hombre crea su determinante y garantiza su estado en el tiempo.

El individuo con el proceso termina por aumentar el vacío, ya que al responder y crear cada vez mas un nuevo tramado de términos, sustendados por teorías, aumenta sin darse cuenta la profundidad y tamaño del vacío, dejándolo de nuevo con la angustia inicial.



Anatomía de la Religión.

Definiendo la religión como un concepto, me encuentro ante un ejercicio que se institucionaliza y obliga al ser que lo practica a crear un entorno determinado por una estructura, unas leyes y un "deber ser" distanciado respeto al pecado.

La estructura tiene tres dimensiones, una determinante, una auto definitoria y otra satisfactoria:

Dimensión Determinante:

La determinante parte de la necesidad por definirse una serie de oficios dentro de ella, una jerarquía que se ve unívocamente definida por la cercanía hacia lo idealmente espiritual, es así como el sacerdote, el pastor o el maestro encarna el epicentro o puente de conexión con lo divino, producto de llevar a cabo las leyes y personalizar el "deber ser" según unas leyes establecidas.

Dimensión Auto-definitoria:

Desde estos individuos emerge una auto-definición del "deber ser" para el resto de integrantes, y el que encarna el fin (sacerdote) utiliza la palabra hablada y escrita para proyectar los medios para llegar a dicho fin, basado en un libro o una narrativa que esencialmente puede ser antigua o evidencia un evento extraordinario o milagroso, que en ultimas es uno de los fines al que muchos llegan a la iglesia, generando la tercera dimensión: 

Dimensión Satisfactoria:

La satisfacción para el creyente que se siente mas satisfecho en la medida que se acerque al ideal ser y con dicha cercanía logra efectos milagrosos en su mundo material y espiritual, reduciendo su angustia solo satisfecha por la pertenencia a la iglesia y la practica de sus leyes.

Las leyes no son impuestas, se definen por todos los integrantes como un eje natural en su accionar diario, para lograr la satisfacción, en ultimas mediatiza el fin satisfactorio, y genera angustia en caso de no alcanzarse, abriendo la posibilidad a una obsesión respecto al medio como un camino rápido para llegar al fin, es decir el creyente magnifica la ley por encima del fin (el querer ser idealizado y encarnado por el sacerdote o la palabra sagrada)



Mecánica de la Religión:


Existe una mecánica en este proceso, con dos movimientos contrapuestos que luchan en el creyente, uno ascendente que busca liberar el espíritu del cuerpo, en este sentido su energía se centra en demostrar con el pecado lo perjudicial que es dejarse vencer por el sentido descendente de  lo carnal (cuerpo), y perder la promesa o el objetivo final: el cielo y la cercanía al deber ser.




Dos mundos chocan en la psique del creyente, una guerra milenaria que hace parte de todas las religiones, enmarcadas dentro del individuo: en su cuerpo y espíritu, concepto anatómicamente diferenciados como caldo de cultivo para el dogma religioso, usando una herramienta que sintetiza lo maligno de dejarse llevar por los deseos carnales: el pecado y otras herramientas liberadoras: el perdón y el arrepentimiento.

El pecado:

El pecado como herramienta determina al creyente respecto de sus deseos, en el sentido explicativo, ya que realiza todo un manual sobre sus características, tipología y amenazas para el creyente, el pecado sintetiza todo lo no-deseado por la religión, ya que destruye la base primigenia de su estructura: la fe. 

El arrepentimiento y el perdón, enmarcan la promesa de libertad, libertad de los deseos carnales del cuerpo y su posible consecuencia: el pecado. Estos liberan al creyente de su culpa para sentirse limpio y reiniciar su camino ascendente hacia el perdón, acción que entrega al creyente la llave para destruir su culpa, pero que solo se corrige mediante el arrepentimiento que no es otro mas que los pasos consecutivos al perdón que terminan por alejar al creyente de las malas acciones, tendientes a ser repetitivas por los deseos carnales.

Evitando el castigo o Karma producto de haber atentado contra lo divino, contra las leyes, consecuencia destructiva del pecado, consecuencia de los actos malignos.

El bien y el mal son enemigos que luchan en una guerra sin fin por el creyente, el espíritu y el cuerpo son el campos de batalla, la angustia es la energía que fortalece y alimenta este conflicto proyectada en las acciones y pensamientos del creyente, dejando un producto: la sinergia de estas energías opuestas que se auto-determinan y se definen por contraposición.

Origen de la Religión / Tres momentos,


La religión ha sufrido múltiples transformaciones, conforme la estructura mental y social del creyente se ha modificado, en una forma reaccionaria esta se ha auto-definido dependiendo de las necesidades del creyente.

 1a etapa: Iglesia nativa y el Sacrificio.

En un primer momento el individuo (hombre) desconoce el mundo que le rodea, y por medio de igualación define la naturaleza y características de su mundo mediante un conjunto de divinidades que toman elementos del mundo del individuo para entender y lograr un equilibrio que garantice su supervivencia.

Es así como desde la edad de piedra el hombre crea divinidades que combina animales con poderes parecidos a la naturaleza para explicar la muerte y la vida, los climas, el día y la noche, empieza a evidenciar una dualidad que pareciera estar en guerra, donde las consecuencias son pagadas con su vida.

Esta etapa politeísta garantiza que la angustia (energía primigenia que nace con el individuo y evidencia que siga vivo) se aplaque y se pueda conllevar, compartiéndola con los demás individuos quienes las apropian y en conjunto la creen para mantener un equilibrio social, ya que en ultimas la religión garantiza que un individuo no mate a otro o atente contra si mismo, en definitiva que siga vivo y potencialmente reproductivo.

La religión convoca un orden social que garantiza la vida, sintetizado por un conjunto de dioses y leyes, con un elemento nativo inicial: el sacrificio. Para el individuo la sangre del sacrificio, es  garantía de buenas cosechas, buena caza y prole, garantizado a través de un trueque primario con los dioses, con un sacrificio donde un animal e incluso el mismo,  puede ser objeto de garantía para mantener el pacto con lo divino.

La relación primaria entre el creyente con su constelación de divinidades es vertical, lo Divino garantiza la existencia del hombre mientras este sacrifique lo que lo divino desea. Muchos grupos sociales incrementaron el sacrificio o lo redujeron como una practica de sus iglesias nativas para garantizar el orden, un evento cotidiano que empezaba a dar paso a dos energías que se oponían.

2da etapa: Humanización de lo Divino

Estos dioses primigenios son la proyección del hombre que da paso a una segunda etapa: La humanización divina, donde los dioses dejan su apariencia animal y toman forma humana, con ello el hombre humaniza y acerca la divinidad, pero dejándola con las cualidades y defectos de sus creadores, en esta etapa aun se mantiene el sacrificio pero se empieza a evidenciar una lucha entre los dioses, donde unos desean garantizar la existencia del hombre y otros atentar contra ella.

La guerra entre dos fuerza primarias, el bien y el mal es clara, pero aun sigue siendo mezclada por la presencia múltiple de todos los deseos carnales y espirituales en las cualidades de dichas deidades.

3a etapa: Monoteísmo

En un tercer momento, el politeísmo abre paso a un monoteísmo donde un solo Dios encarna el bien y el mal: el diablo como antítesis que le define, lucha entre dos fuerzas que incrementa la angustia en quien las cree, incluso se evidencia pasos claros donde el hombre ya no determina a su Dios, por que este ya se haya estructurado, enajenado como un ser independiente de quien en un primer momento lo creo para dar respuesta a sus preguntas, ahora es claro y definido y ya no se usa como herramienta para enfrentar el mundo físico sino para liberarse de el, del cuerpo como celda o prisión del alma.

El sacrificio en esta etapa es sublimado en el cuerpo del creyente, a través del abandono de lo carnal, como forma unívoca de garantizar la liberación del espíritu y comunión con su Dios.

Un castigo que es propio del creyente, el cuerpo del animal sacrificado en la primera etapa ahora es el cuerpo del creyente, es en este nuevo campo de batalla donde la angustia del hombre solo es satisfecha en la medida en que se acrece a su Dios y cumpla con sus designios, con lo cual  garantizara la permanencia de su espíritu y por lo tanto la existencia divina de su ser.

Génesis de las dos fuerzas que confluyen ahora sin rostro pero mas fuertes que nunca: La ascendente que libera al creyente de su angustia, la decente que lo aniquila y lo suma en su naturaleza física, limitada, débil y frágil.

Algunas Conclusiones:


La religión en síntesis es la respuesta para el ser que no conoce su razón de ser, que no define con claridad su caminar ni el sentido de este, que necesita de un ente superior que le determine al que llama padre o madre para aniquilar la angustia, pero en definitiva es propio de todo ser humano que se cuestione por su razón de ser y por las situaciones buenas y malas en su vida, además de responder a su estado posterior a la muerte.

Es una llave que garantiza liberar momentáneamente al creyente de sus deseos y de la angustia de su existencia, un estado que le ofrece tranquilidad, parecido al de la ciencia ya que convocan a un claro objetivo, eliminar la angustia, pero en el caso de la religión de forma dependiente de una explicación que no necesita de respuestas sino que se concibe como la solución, alimentada por la satisfacción propia del medio o estado existencial de lo divino como respuesta sin que sea respuesta, mientras que la ciencia incrementa la angustia y busca respuestas a todo, potencializando el humanismo y las cualidades del hombre como cabeza piramidal de la existencia, creyendo en el ejercicio dubitativo eterno la posibilidad de respuesta como eje liberador de la angustia.

Ambos ciencia y religión, son medios de liberación de la angustia, que encuentran en esta el campo ideal para liberar al individuo de su pregunta primaria en tres tiempos: ¿quienes somos? ¿a donde vamos? y ¿ De donde venimos?, el pasado y el futuro en un solo instante: el presente.